lunes, 12 de agosto de 2013

Mi biografía de Lectora (Inspirada por la clase de Lecturas, lectores y bibliotecas)

Buenas noches lectores aprendices, espero que estas semanas hayan tenido muy buenas experiencias todos aquellos que ya ingresaron a su institución de educación media superior y educación superior, les deseo realmente una excelente semana y que la disfruten plenamente. 

Como ya saben, estoy comenzando clases en el Colegio de Bibliotecología de la UNAM, el cual tiene entre sus materias: Lectura, Lectores y Bibliotecas, esta materia según el plan de estudios tiene como objetivo elaborar propuestas que involucren a la biblioteca en la socialización de la lectura, la formación de prácticas lectoras y la promoción de la lectura para diferentes usos educativos, informativos y de esparcimiento, en función de la comprensión de la lectura y los factores sociales, culturales, políticos, económicos y tecnológicos de la sociedad. Después de leer este pequeño objetivo, pasaré a hablar de la clase, la cual recibí con mucha emoción porque la maestra que la impartía, me cautivó bastante en la Mesa de Percepciones sobre género en la disciplina bibliotecológica, la cual se mencionó en este mismo blog el martes 19 de marzo del presente año. Así es, estoy hablando de la Dra. Elsa Ramírez Leyva. 

Mi primera clase con la Dra. fue el siete de agosto del 2013 y me sorprendió mucho los proyectos que pidió para la evaluación, que consistían en un proyecto de alfabetización, la creación de un libro-arte objeto y un proyecto de formación de lectura, aparte de las tareas, videos y demás materiales que ofrece para complementar todo lo aprendido en clase. Obviamente (y perdonen que pierda la objetividad y un poco la imparcialidad que tenia antes, pero realmente me gustó mucho su clase) me quedé fascinada con toda esta versatilidad en la forma de enseñanza y fue más ameno para mí esta clase de cuatro horas. Aparte, la última hora nos ofrece un pequeño taller de teatro, el cual, de acuerdo a la Dra. nos abrirá más en la expresión corporal que es muy importante a la hora de presentarse ante un público y presentar un trabajo, sea cual sea la edad del público. El buen sabor de boca que me dejo esta clase sigue hasta este día, por la tarea que nos dejó, el escribir nuestra biografía lectora. ¿Cómo empezamos a ser lectores? ¿Cuál fue nuestra formación? 

Entusiasmada por esta tarea, decidí hacer mi pequeño boceto aquí, el cual al final tiene que transformarse en tres páginas mínimo, para considerarse una tarea aceptable. Empezaré primero con mis observaciones seguidas de pequeñas complementaciones por parte de familia y amigos. Espero que la disfruten.

Veamos, la primera vez que recuerdo haber visto un libro por mi cuenta, fue a los 2 años, en la biblioteca de mis abuelos maternos, que más parecía un pequeño almacén de objetos interesantes y de diversas formas, la biblioteca de mis abuelos estaba llena de volúmenes inmensos, pequeños, colecciones de clásicos y libros con anatomía y demás modelos matemáticos. Aún conservan la mayoría de sus libros, lo cual me agrada mucho. En sí, pasaba horas jugando a mi escena favorita de la película La Bella y la Bestia, cuando Bella llega a la biblioteca para pedir un nuevo libro, y bueno ya saben lo demás. Agarraba una pequeña canasta y tomaba tal o cual libro, porque después iría a "leerlos" a un rincón. Quizás una de las razones por las que me encantaba encerrarme en ese cuarto enorme, era porque todo objeto ahí, era fascinante para mí. Toda una aventura, algo que no sabía que era, pero tenía una forma interesante, entre esos estaban los libros. Siempre los traté como objetos, y jamás me dijeron que no debía tocarlos porque se podían romper o porque no sabía que hacer con ellos, y nunca intenté meterlo en mi boca ni nada de eso. Me encantaba su olor, cada libro olía de distinta manera, se veía de distinta manera, incluso se sentía de distinta manera. Y mi máma siempre sufría las de Caín, porque no me encontraba en ningún lado de la casa de mis abuelos, hasta que me veía divertida jugando sola en ese cuarto que siempre me encantó. Siempre le decía a mis abuelos si me dejaban jugar en la biblioteca y soñaba que era mi propia historia de la Bella y la Bestia. Me parece curioso que una de mis mayores pasiones y placeres haya surgido por otra pasión y placer, la animación. Tenía pocos años, cuando empecé a leer, en parte también ayudo a que mis papás me saturaran de pequeños libros que Selector publicó, llenos de historias clásicas y muy bonitas, también me leían en la noche, pero honestamente el mejor recuerdo y el que más me ayudó a sumergirme en este mar de lecturas, fue la biblioteca de mis abuelos maternos. 

Cuando entré al kinder, simplemente pensaba en jugar y jugar en la escuela, pero en mi casa era presa de esos minicuentos y demás libros que mis padres compraban, entre ellos uno especial para niños que hablaba de educación sexual. Sinceramente esos libros me gustaban muchos por los dibujos que tenían, y los releía y releía, bueno, simplemente observaba las imágenes y me gustaba. Así que mis padres nunca tuvieron ese pánico, porque jamás les pregunté de donde venían los bebés. Siempre hubo esa libertad para mí, así que devoraba de todo. Los paquetes de libros que daban al entrar a la primaria fueron una salvación, porque todos los cuentos de los libros SEP me gustaban mucho y aparte daban libros de otras editoriales que me encantaban porque estaban llenos de historias chistosas, como "El vampiro vegetariano", "Hotel Monstruo" (uno de mis favoritos), todos los cuentos de hadas y las obras de Selector que ya había mencionado, un libro que marcó mi infancia, bueno realmente fueron dos, "La chistera maravillosa" de Cristina Pacheco y el libro del "Señor Felix Féliz". Las historias de los libros SEP, me gustaban mucho porque tenían dibujos. Y siempre fue una constante, los dibujos me encantaban. La animación y todo su proceso era mi más grande amor, así que los libros con imágenes eran de mis favoritos. Después en los años siguientes me aventuré a los libros sin imágenes, esos libros que uno tacharía de grises. Reconocía fácilmente las letras y entonces me ponía a leer y a leer sola en mi cuarto, aunque no recuerdo exactamente que libros eran los que leía, empecé a tener más imágenes en mi cabeza y no enfrente de mis ojos. Así que todo lo que llegaba a mí, lo leía, sin criterio, sin ambiciones, sólo quería tener más imágenes en mi cabeza. Y comencé a leer novelas cortas, como el "Reino embrujado", entre otros, los paquetes de libros fueron mi salvación, todo lo que llegaba a mí, lo engullía y después lo volvía a engullir para agregar tal o cual elemento a esta escena y así me la pasaba releyendo y releyendo los libros que tenía. En mi escuela, realizaban cada año un concurso de poesía, así que tuve la mala fortuna que el año en que ingresé empezó a pasarse al frente a las personas para recitar sus poemas. Era pésima para hablar en público, tenia muchos problemas para socializar y volverme parte de un grupo, así que hice una verdadera vergüenza para ese año. Pero al año siguiente, una maestra que me consentía demasiado, me dio unas hojas con poemas y quería que yo misma recitara y ganara el concurso de ese año, ¿la razón de tal reto y locura por parte de mi maestra? Años después me enterare  que fue por mis canciones y la poca pena que me daba el cantar. Verán, la música es una gran forma de expresarme y siempre me ha gustado cantar, se me va la pena y todo cuando canto, me siento libre y puedo hacer lo que yo quiera. Mi maestra me escuchó cantar, pero no podía conectar con que no me diera pena cantar y si hablar en público y hacer amigos. Así que, el reto de ese año era que dejara de lado mis penas y temores y que aprovechara esa capacidad de usar la música para expresar lo que leía, porque al cantar memorizaba todas mis lecciones (suena loco, pero de veras que sí pongo más atención si tan sólo escucho) Así que elegí el poemas más triste que he leído, el de "La Muñeca" y gané el concurso enfrente de 500 asistentes al teatro que estaba justo a lado de mi escuela. A partir de ahí, comencé a leer en voz alta con un muy querido amigo mío, el me ayudó mucho a contar las historias con las manos, aunque ahora no recuerdo bien cómo usar el lenguaje de los sordomudos, me ayudó a soltar mis gestos. Mi amigo, no era sordomudo cabe aclarar, tenia un primo que lo era y desde pequeños a los dos los educaron de la misma manera, cuando vi a mi amigo platicar con su primo me gustó mucho, así que le pedí que me enseñara. El trato fue el siguiente, la lengua de señas me la enseñaría si todos los recreos le leía en voz alta a él. Y así fui aprendiendo a leer a los gestos. Fue muy fácil al principio, porque solo debía observar, pero cuando me tocaba contestar, ahí me tocaba el embrollo, no tenia esa facilidad para moverme y mi amigo me fue soltando, formándome como una experta cuenta cuentos. Pronto, empecé a desenvolverme en el teatro, donde la memorización de textos y guiones era fundamental, me gustaba, porque era combinar varias capacidades como la memoria, el movimiento y sobre todo la concentración. 

Después pasé a leer publicaciones seriadas, porque mi mamá compró muchas revistas de dibujo, para que mis ganas de dibujar no se quedaran en el aire. Así que empecé a leer muchas, pero muchas revistas de dibujo. Cuando cumplí doce años, estaba iniciada en leer a las manos, las proporciones e imágenes que me daba mi entorno para plasmarlas en papel y los sonidos que me permitían cantar, además de tener una buena idea de cómo atraer audiencia usando mi cuerpo y una buena historia para contar. Por esos años, estaba a punto de cursar la secundaria, así que comencé a leer obras un poco más serias, si se le pueden decir así. Oscar Wilde y Edgar Allan Poe se volvieron una constante, en especial "El Fantasma de Canterville", también entré un poco al mundo de los comic´s. Pero en sí, las novelas largas comenzaron a llamar mi atención y sobre todo los poemas. 

Por ahora, creo que será mejor dar por terminada esta entrada, pues efectivamente, podría llenar cinco hojas sin dificultad. Y esta entrada si se hace más extensa, perderá mucho de su esencia y eso es algo que no me agradaría. Sobre todo porque me está gustando muchísimo como está quedando esta tarea. Si aún quieren llegar a saber más sobre mi biografía de lectora, con gusto publicaré más adelante el resto de esta entrada. Sin embargo, el continuar ahora, sería un abuso para ustedes jóvenes aprendices. 

Así que, con estas lineas me despido. Gracias por leer a esta aprendiz de la información. Bonita noche.

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