lunes, 28 de abril de 2014

Sociedad, Tecnología, Biblioteca... ¿Y el bibliotecólogo?

En esta entrada se plantea una realidad que pegó duro dentro del mundo de la información, ésta fue el crecimiento acelerado de las nuevas tecnologías y el impacto que tuvieron en acceso, distribución, difusión y manejo de la información. 

Para esta entrada se leyó un artículo y una ponencia que establecen posturas en cuánto a cómo el bibliotecólogo o el profesional de la información (científico de la información, bibliotecónomo, etc.) va a vivir estos cambios y el impacto que tiene en su campo laboral. Dichos escritos, que son un artículo de Egbert Vanderkast, investigador del IIBI y el escrito de Natalia Arroyo, proponen una percepción de la sociedad interconectada y los dispositivos móviles que intervienen en el mundo de la información. Se analizarán las diferentes posturas y además se reflexionará sobre el tema, ya que es importante el presentar las reflexiones que surgieron al examinar este tema. Cabe destacar que esta nueva sociedad interconectada en redes y señales, es una base sólida para futuros modelos y panoramas sociales, puesto que la tecnología viene a formar parte importante dentro de nuestra vida cotidiana y una herramienta importante en el futuro.

Continuando con el desarrollo de esta entrada, se presentará las posturas que cada escrito presenta y se reflexionará más adelante sobre ambas posturas, concluyendo con mis propias palabras esta entrada sobre sociedad, tecnología y el papel del bibliotecólogo.

Según Vanderkast, entramos a una sociedad en la que estamos interconectada y la información se vuelve relevante en casi todos los aspectos de nuestra vida y de la sociedad. Con esta integración de las tecnologías sugiere una creación de un canal de difusión tal que los requerimientos de la información se han vuelto más específicos. Con esto se abren nuevas perspectivas para el usuario y brindan la posibilidad de acceder a la información en una forma más rápida, fácil y cómoda. Con esto, la bibliotecología debe plantearse nuevas tecnologías y paradigmas que les permitan cambiar y asumir el papel entre usuario e información.

Este proceso viene dándose desde la comercialización de tecnología de cómputo, en la cual estos aparatos tienen la aplicación de transferir datos de manera sencilla y rápida. Las tecnologías evolucionaron tan rápido que empezaron a surgir nuevas teorías para su aplicación en la sociedad, la cual es la sociedad interconectada, esta se dio por los cambios profundos en la comunicación debido a las grandes transferencias de información y sus revoluciones y la integración de la tecnología que promueve esta interconectividad de redes. Con ello va de la mano, la sociedad informatizada que radica en la producción de valores materiales, la fuerza motriz que esté detrás de la formación y crecimiento de la sociedad.

Menciona una gran cantidad de cambios que abarca toda la sociedad en sí y agregando a varios autores que afirman que la información se ha vuelto una actividad predominante que será principal promotor de empleo y que se encuentra en constante evolución y difusión de las TIC y de la industria de la información.

Ahora, en materia del conocimiento transmitido por sistemas de información electrónica apoyan el progreso social y económico de las sociedades para alcanzar una integración del comercio, la ciencia y la cultura. Se puede afirmar que las tecnologías en los sistemas de comunicación y de transmisión de información estimulan la macroeconomía vista como un mercado libre, creando economías basadas en la globalización regional y la creación de los bloques económicos que han surgido en los continentes.

En cuanto al profesional de la información, su papel consta en trabajar los problemas de la información en un nuevo espacio, el espacio cibernético, el cual debe representar de manera flexible ante los cambios sociales y de las organizaciones que demuestren eficacia y eficiencia. La demanda en cuanto a las cualidades que se le solicitan, son las de un personaje dinámico, cooperativo, visionario y con buenas habilidades de comunicación, liderazgo para negociar y facilidad de integración. De igual forma debe tener la capacidad de proporcionar información de manera rápida, precisa y relevante respondiendo a los requerimientos de los entornos de redes.

Vanderkast nos presenta un cuadro que realmente es representativo de los cambios que han venido surgiendo en cuanto al desarrollo y aplicación de tecnologías en el proceso de transmisión y flujo de la información. Su propuesta en cuanto al bibliotecólogo o profesional de la información, aunque acertado, presenta un pequeño problema, ya que la mayoría de los profesionales de la información no saben aprovechar estas tecnologías de información, ni han sabido cómo integrarse de tal manera que esta brecha en cuanto a tecnología y proliferación de información ha crecido sin el debido control o al menos supervisión de estos profesionales. De hecho, esto ha perjudicado de cierta manera en la propia imagen del profesional ya que no se le permite asumir otro papel que el de una persona que sólo proporciona material en soportes físicos. Estas cualidades que proveen al profesional de la información una personalidad multifuncional y con una base de conocimientos interdisciplinarios, son cualidades que no son fácilmente adquiridas por el mismo. Además, una de las problemáticas en cuánto a este ideal de sociedad, es la desigualdad de recursos que son necesarios para esparcir toda esta red interconectada a lugares donde la tecnología y la comunicación en sus más primitivos inicios, como la TV y la Radio, ni siquiera han podido llegar. Realmente esta desigualdad o llamada brecha, puede ser un importante elemento para poder trabajar y el profesional de la información sí debe de proveer y concientizar sobre este problema. No dejar a las personas de escasos recursos o con problemas para acceder y utilizar dichos aparatos, fuera de esta sociedad interconectada. 

Estoy de acuerdo con el autor en cuanto al conocimiento de los canales tecnológicos y el uso de estos para poder mejorar y trabajar mejor a la información que crece constantemente día con día. Y sobre todo volver al profesional de la información en una persona flexible y dinámica para poder entender a esta sociedad y satisfacer sus necesidades de la información.

Ahora, la lectura de Arroyo nos presenta un cuadro ya aplicado a las bibliotecas, es decir menciona que no solamente existe el ordenador como pantalla, sino que también ahora están las tablets y otros dispositivos que pueden ser utilizados para poder mejorar y utilizarse dentro de la biblioteca. Aunque van algo retrasados en el proceso es indispensable que se estén creando programas para poder ligar estos aparatos (tablets, smartphones y otros dispositivos móviles) puesto que son una herramienta indispensable para la actividad cotidiana, ya que resultan ser un importante soporte informativo debido a sus múltiples funciones.

Uno de estos usos y aplicaciones para la biblioteca es la creación del préstamo del libro electrónico, el cual está aplicado solo a algunas bibliotecas que apenas toman en cuenta a la Tablet como un soporte de lectura útil para el usuario actual. También el uso y despliegue de bases de datos para poder dar al usuario múltiples referencias en cuanto una temática específica y que se pueden consultar también de forma electrónica o al menos consultar por un determinado tiempo en una página de internet host. Acciones que van dirigidas a crear sitios web, apps y otras herramientas indispensables para ello, son una de las actividades del profesional de la información de ahora. Y el lograr que dichas herramientas estén adaptadas a diferentes pantallas y situaciones es aún más útil y necesario para realmente aprovechar al máximo a los dispositivos.

El uso por ejemplo de la geolocalización constituye uno de los casos más originales, logrando por ejemplo las creaciones de guías históricas relacionadas con un tema en específíco, etc. En fin hay una interminable hilera de maneras para poder lograr que estos dispositivos sean útiles para la institución bibliotecaria al poner la información que ofrece en un contexto que el propio usuario no había podido detectar. Por lo que empieza a crear una serie de redes que en definitiva llevan al usuario a ir saltando de tema a tema o de datos a datos, enriqueciendo su bagaje de información y si se procesa adecuada mente de conocimientos.

Con estos dispositivos también viene un cambio interesante en cuanto a la lectura, ya que se empezaron a crear aparatos especiales para las personas que no pueden ver o resistir el brillo intenso de las pantallas que resulta molesto a la hora de las lecturas. También la incorporación y conciencia de la movilidad de dichos elementos informáticos puede ser ventajoso para la biblioteca, permitiendo el uso de estos dispositivos para poder consultar catálogos, es decir, permitir al propio usuario complementar los servicios bibliotecarios ofrecidos con su propia herramienta informativa, al consultar registros del catálogo automatizado, etc. También el ofrecer una alfabetización en cuanto al uso de estas herramientas para poder permitir al usuario conocer de distinta manera y aprender a como lo ha estado haciendo en estos últimos años. Proveer a los usuarios una nueva forma de conocer y de poder sacar adelante sus propios proyectos, permiten a la biblioteca el volverse un centro de capacitación y de alfabetización informacional, cumpliendo con su rol adicional de la educación.

Una vez presentadas ambas posturas en cómo la tecnología y el bibliotecólogo trabajan en el mundo de la información, me parece indispensable el terminar la entrada con mis propias conclusiones y estableciendo preguntas importantes para tomar en cuenta en nuestra formación y desarrollo laboral. 

Primero que nada, ambos autores están de acerdo en que la tecnología es indispensable para trabajar en el mundo de la información. ¿Qué tan indispensable es la tecnología en nuestro campo laboral? Esto es decisión del profesional, si se vuelve un automáta tecnólogo,  un anti-tecnólogo o un profesional que sepa integrar dichas herramientas en beneficio de sí mismo y de su comunidad de usuarios. Segundo, se observó que a pesar de el largo período de tiempo de publicación de ambos trabajos, las tecnologías son útiles para el bibliotecólogo, pero, al aplicarse sus usos e innovar las técnicas y servicios para utilizarlas, hay una desigualdad, no hay suficiente aprovechamiento por parte del bibliotecólogo para poder lograr una igualdad en el acceso de dichos recursos y por la falta de comunicación e investigación, la implementación es bastante lenta. Por lo tanto, ambos autores, establecen un plan de acción que el bibliotecólogo debe seguir, aunque este plan no tome en cuenta los factores sociales y económicos que interceden en la implementación de tecnologías. Aquí entra de nuevo el papel del profesional, al concientizar e informarse de estos problemas para establecer soluciones lógicas y aplicables a los recursos que tenemos ahora, pues de nada sirve tener los planos si el material que necesitamos, aún está en vías de creación o de transformación. Y por último, hay muy pocos acercamientos de las tecnologías 2.0 dentro de ambos escritos, es decir, el involucramiento de la comunidad de usuarios para poder, incluso, asesorar o pedir ciertas tecnologías que le permitan realizar y disfrutar sus tareas y estancia en la biblioteca o cualquier centro de información. Recordemos que la web 2.0, permite una comunidad que retroalimenta y pueda crecer de manera más eficaz en beneficio del que ofrece y del que recibe.

Después de dichas conclusiones, vienen las preguntas. ¿De qué formas el bibliotecólogo puede llegar a implementar y enseñar el uso de estas tecnologías en comunidades dónde los recursos tecnológicos no son conocidos? ¿Cómo puede integrar a la comunidad de usuarios que no tienen un conocimiento profundo del uso de tecnologías? Y más importante aún, ¿cómo el bibliotecólogo puede integrar sus labores y el uso de estas herramientas, sin llegar a confundirse con otros profesionales que trabajan de cerca con la tecnología?  Recordemos que la identidad social de nuestra profesión es bastante difusa para algunos, por lo que es importante tambiém reconocer estas cuestiones sociales y cómo se ven afectadas. Además de trabajar con nuestras habilidades y capacidades para poder lograr dicha integración. Es muy importante utilizar el término de integración, puesto que nos ayuda a establecer las labores importantes que en esta sociedad interconectada debemos trabajar para satisfacer las nuevas necesidades de información que surgen en dicha sociedad.

Espero que realmente les sea útil esta entrada y agradezco que lean a esta aprendiz de la información. 




BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Sánchez Vanderkast, Egbert John y Ortega Carrasco, Laura (2004). La sociedad interconectada por redes y los profesionales de la información. En Biblioteca universitaria, vol. 7, no. 1, ene-jun, pp. 35-47. México, D. F. : Universidad Nacional Autónoma de México.



Arroyo-Vázquez, Natalia (2013). Smartphones, tabletas y bibliotecas públicas: entendiendo la nueva realidad en el consumo de información. En XVII Jornadas Bibliotecarias de Andalucía, Jaen, 25 y 26 de octubre de  2013.