Después de unas buenas vacaciones, comenzamos el 2015 con un tema un poco polémico. Hace algunas semanas, leí en el Universal, un artículo titulado " Diez profesiones en riesgo de desaparecer por robots" y entre ellas, se encuentra el profesional bibliotecario. El hecho de que una nota de sociedad considere que un profesional bibliotecario (llamése bibliotecólogo, documentalista, etc.) pueda ser reemplazado por la tecnología, me llevó a una serie de preguntas curiosas, ¿por qué vamos a necesitar profesionales bibliotecarios en el futuro? ¿Qué podemos ofrecer que el Internet o los nuevos soportes de la información le ofrecen al usuario? De por sí, no tenemos mucha presencia y buena imagen en la sociedad, y ahora, se nos considera "obsoletos" porque las nuevas tecnologías van a brindar servicios que nosotros ya ofrecemos. Este artículo causó variadas reacciones entre algunos colegas, por lo que sí tuvo cierto impacto. En lo personal, me produjo una ligera sonrisa mezclada con preocupación.
El origen de este artículo fue una declaración de Jaime Nuñez, presidente de Uboss, que es una firma internacional dedicada al campo de los recursos humanos, y describe lo siguiente:
Antes de las TIC´s
El origen de este artículo fue una declaración de Jaime Nuñez, presidente de Uboss, que es una firma internacional dedicada al campo de los recursos humanos, y describe lo siguiente:
"Especialistas en el campo de los recursos humanos afirman que el avance tecnológico tendrá en el futuro un impacto significativo en el mundo laboral.
En 2013 la Organización Internacional del Trabajo estableció que dentro de los próximos 10 o 20 años, en Estados Unidos, 47% de los trabajos van a ser sustituidos por sistemas mecanizados o maquinarias."
Entre las profesiones que pueden ser sustituidas están: Ocupaciones rutinarias en el área de manufactura: ensambladores, empacadores, cajeros de tiendas y supermercados, agentes de viajes, agentes de seguros, bibliotecarios, entre otras. Se va poniendo interesante el asunto.
Esta lista que presenta tiene ciertas características en común, son trabajos manuales, de búsqueda y venta de servicios o productos, y como tal, tienen actividades de rutina que pueden ser programadas y realizadas por estas máquinas inteligentes, e incluso ya es una realidad, las agencias de viaje se consideran en peligro de extinción por la venta online de paquetes y boletos a destinos turísticos, empiezan a surgir las máquinas para el cobro de estacionamientos, boletos, productos, etc. Pero, ¿el profesional bibliotecario, realmente entra en estas profesiones en extinción?
La bibliotecología tiene un objetivo, ser la disciplina encargada de organizar, manejar y distribuir la información para satisfacer las necesidades de información de una comunidad. Curiosa misión. Desde que la bibliotecología ha ido formándose como disciplina, lo anterior forma parte de sus principios fundamentales.
Desde Niníve, Pergámo, Ebla, Mesopotamia, en fin, todas las ciudades antiguas que contenían registros únicos con información para su población y organismos administrativos, hasta el día de hoy, las profesiones de la información se han desarrollado. Algunos dirán que no es suficiente, otros pueden ver que sí hay diferencia entre el desarrollo de esta profesión en países desarrollados y subdesarrollados. Respetando cada uno de los enfoques y puntos de vista, la biblioteca y el profesional bibliotecario, existe y contribuye a la sociedad.
Observamos que en la antigüedad, siempre ha existido tecnología, sólo que antes no estaba fabricada con circuitos o electricidad; la tecnología antigua está integrada por piedras, tablas de arcilla, cuñas, en fin, instrumentos que facilitaron las tareas a las personas. Eso es tecnología, herramientas que alivianan la vida del ser humano.
Del Siglo XX al XXI
Sin embargo, con las tecnologías actuales, vinieron cambios fuertes e importantes que no sólo buscaban facilitar el trabajo o tareas que se realizaban. Con el paso del tiempo, las tecnologías empezaron a crearse e inventarse para reemplazar a este recurso humano. Lo vemos en historia con las líneas de ensamblaje, la imprenta, los medios de transporte, en fin, hay muchos inventos ahora que le quitaron el trabajo a las personas o animales que antes desempeñaban esas tareas. El progreso llegó a tal grado que en la Segunda Guerra Mundial, resulta que el que tenía mejor tecnología, era el que tenía la guerra a su favor.
Y no sólo la tecnología, sino que a principios del S. XX, se observa algo muy curioso: quien tenía la mejor tecnología y la información más precisa, útil y clara, controlaba la guerra, controlaba al mundo. Al principio, fue Alemania, con la creación de una máquina compleja que nombraron "Enigma"; después, Inglaterra, que empezó a llevar la delantera al descifrar el código y los medios para transmitir la información que necesitaban las tropas. ¿Cómo lo lograron? Creando una máquina para pelear contra otra máquina.
Ahora vemos como se reproduce esta pelea, en el ámbito comercial. Empresas de tecnología diseñan, producen y actualizan constantemente sus dispositivos y sus software. El internet y la web también evolucionan, antes el internet no tenía tanta capacidad para poder transmitir la gran cantidad de datos que ahora procesa, así como también la búsqueda, recuperación y vinculación de datos que conforma la web, no poseía una estructura que ahora resulta útil para todos nosotros. Las tecnologías se desarrollan, crecen y mejoran. Sin embargo, ¿su crecimiento conlleva a reemplazar profesiones? En este caso, el profesional bibliotecario es una de las profesiones que de acuerdo a Jaime Nuñez, estará en 10 o 20 años en una categoría de obsoleto. Sin embargo, detrás de esas máquinas hay personas. Frecuentemente olvidamos que las máquinas son herramientas y que detrás de éstas existen personas que programan a la máquina, de tal manera en que ésta vaya evolucionando y solucionando los problemas que le presenten (cómo es el ejemplo de la máquina Enigma, Turing y los "smartphones" que ahora se han vuelto indispensables).
El S. XXI, apenas está comenzando y notamos grandes cambios, grandes brechas, búsqueda de grandes soluciones. Y cómo tal, grandes cambios siempre atraen dudas y planteamientos de cómo proceder. Hablamos mucho sobre la epistemología, las raíces que nos fundamentan como disciplina, pero son muy pocos los profesionales que van tejiendo un futuro para la profesión. Implementamos las tecnologías a nuestra disciplina, pero falta mucho para que esta implementación sea útil y realmente tenga un impacto en las instituciones. Como tal, esto nos plantea dos cuestiones importantes, ¿permitir que las tecnologías nos absorban o transformarnos y convertirnos en una profesión indispensable para la sociedad? Y una vez solucionado esto, ¿de qué forma se va a llevar a cabo? ¿Seremos distribuidores y organizadores de información o mediadores de la construcción del conocimiento?
Para concluir, quisiera retomar algo muy concreto, la tecnología siempre ha existido, el bibliotecario también. El hecho de que una máquina se pueda programar para imitar procesos cognitivos, para reaccionar y que actúe como si realmente pensara y reaccionara, no significa que tenga la capacidad para realizar todas las actividades que un profesional bibliotecario realiza, ya que la mayoría de éstas requieren de un criterio y una increíble capacidad de análisis y sintesís, habilidades que son esenciales en el profesional bibliotecario. Por lo que las máquinas inteligentes, pueden ayudarnos a facilitar nuestras labores y volvernos más eficaces. Sin embargo, las herramientas son sólo eso, herramientas, y el ser un profesional bibliotecario tiene capacidades que lo convierten en un profesional único e indispensable, son cuestiones que se deben de considerar y trabajar en el futuro y que se deben de dialogar para poder entender el rumbo que tiene la profesión.
Con esto me despido, muchas gracias por leer Aprendiz De la Información.
BIBLIOGRAFÍA
El Universal. Diez profesiones en riesgo de desaparecer por robots. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/sociedad/2015/diez-profesiones-en-riesgo-de-desaparecer-por-robots-1071905.html (Consultado el 17/marzo/2015)
Oberzalek, Martin. Enigma - a very famous story of cryptology. Marzo 2000. Disponible en: http://www.mlb.co.jp/linux/science/genigma/enigma-referat/enigma-referat.html (Consultado el 17/marzo/2015)
Johnson, Peggy. Fundamentals of collection development and management. United States: ALA, 2009.
Retomando tus preguntas "¿Seremos distribuidores y organizadores de información o mediadores de la construcción del conocimiento?" Considero que una máquina puede distribuir información, organizarla e incluso hacerlo más práctico que un humano (basta programarla y tener ingenieros dándole mantenimiento y actualización); pero a lo que le llamas "mediadores de la construcción del conocimiento", considero que sería una función que difícilmente pueda hacerlo una máquina . Te preguntaría algo: ¿Consideras que ser mediador en la construcción de conocimiento es una función del profesional en bibliotecología? ¿El bibliotecólogo tiene una función docente?. A mi parecer, si es función del bibliotecólogo y pareciera que los compañeros bibliotecarios solo ven la parte de procesos técnicos y poco de ser docentes en el ámbito en el que estemos. Gracias por escribir Aprendiz, te sigo.
ResponderEliminarAgradezco profundamente tu comentario. Las funciones profesionales del bibliotecario son diversas y respondiendo a tu pregunta, sí considero que ser mediador en la construcción del conocimiento es una de éstas funciones. De hecho, antes de publicar esta entrada, tuve la fortuna de platicar el tema con unos compañeros. Uno de ellos, ya cursando la maestría, planteó la misma pregutna y al principio sólo supe contestarle que no, el conocimiento y la construcción de éste no debe ser relevante dentro de la formación del profesional.
EliminarSin embargo, reflexionando esta pregunta y recordando ciertos aspectos que he defendido dentro de mi formación profesional (como la cuestión de formación ciudadana, los derechos humanos al acceso a la información pública y la toma de decisiones con base en información fidedigna y útil), mi postura se concretó y puedo sostener que el bibliotecólogo sí tiene aspectos y características que le permiten cumplir con una función docente, aunque considero que el término adecuado es instructor o formador, ya que ser docente requiere de una preparación mucho más completa y una vinculación más estrecha (el término lo dejo a tu consideración). Esto lo puede lograr, a través de cursos, tutoriales, guías, en fin, un sin fin de herramientas y métodos, los cuales permitan al usuario y a las comunidades el manejo, la aplicación y fomento de los conocimientos y actitudes para cumplir con sus obligaciones ciudadanas y humanas; así como también satisfacer sus necesidades de información y motivar la autoformación.
El profesional de la información a lo largo de su trayectoria profesional, desarrolla un criterio y un gran bagaje de conocimientos, técnicas y métodos que le permite determinar entre la información útil e inútil, entender como puede accederse a esta información y además, crea proyectos, métodos, herramientas para que se facilite a los demás a que realicen estos procesos que son díficiles de dominar. O al menos, eso es lo que se busca dentro de las escuelas de las disciplinas de la información.
Contestando a tu observación sobre el poco interés de ser docentes en el ámbito en el que se desarrollan, creo que puedo contestar con algo muy sencillo. Estoy realizando mi servicio social como Ayudante Académica con la Dra. Brenda Cabral, la cual en este semestre imparte la asignatura de Didáctica aplicada en Bibliotecología. Y realmente, se requiere de una formación distinta a la que se da en los primeros semestres. Se nos enseña a exponer, más no a enseñar o formar. Son muy pocas las asignaturas que se dedican a esta rama, como lo son Motivación (optativa humanística) y Formación de Usuarios a través de las TICS (también optativa humanística). Entonces, la falta de preparación, agregando a que son muy pocos compañeros los que tienen vocación en la carrera, dificulta un poco el que haya más profesionales que se dediquen a la formación, aunque sea un período de tiempo en su trayectoria profesional. Esperemos que en el futuro, las escuelas de bibliotecología, entiendan que este profesional requiere de más formadores, ya que, si no se enseña al usuario a hacer uso de lo que ofrecemos (ya sean recursos, instituciones, etc.) nuestra propia carrera terminara como una opción técnica y no esa disciplina que tanto se presume que es indispensable.
Espero haber contestado a tus preguntas, aunque te informo que no dejaré este tema así, sino que planteo investigar más a fondo sobre el perfil de "mediador para la construcción de conocimiento", que tanto se habla pero poco se investiga.
Muchas gracias por leer a la Aprendiz de la Información. Cordiales Saludos.
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