viernes, 11 de julio de 2014

Explorando el mundo de la Bibliografía parte III: El libro, el autor, el lector y el Acceso Abierto


En la entrada anterior, se habló sobre personajes e institutos relevantes para la Bibliografía, sobre herramientas y principios que se desarrollaron y evolucionaron con el tiempo hasta volverse, de forma invisible para la gran mayoría, un fundamento importante que permiten el desarrollo de la Bibliografía de una manera muy diferente a como antes se desarrollaba (el principio es el mismo, pero las herramientas y las formas de representación resultan distintas)  

En esta ocasión, la entrada habla sobre los elementos y personajes que necesitan y contribuyeron al desarrollo de esta disciplina, como son: El libro, el autor y el lector. Además, es necesario hablar sobre este movimiento de Acceso Abierto, el cual es relevante para la bibliografía, ya que se necesita de un excelente sistema para poder mantener un control sobre todas las publicaciones que se piensan poner bajo las condiciones de este movimiento, además de entender la recuperación y búsqueda de la información científica, el acceso a ella. En fin, este movimiento que se está poniendo en marcha alrededor del mundo, redefine el acceso, la publicación, la búsqueda y recuperación de la información, gracias a los principios en los que está fundamentado. Lo que también modifica la forma y las herramientas que hasta ahora se han utilizado,  logrando con esto una increíble cadena de cambios dentro de las profesiones de la información, e incluso fuera de ellas. 

Para comenzar, el primer elemento del cual se hablará es el libro, este pequeño objeto que se define como tal mientras tenga más de cincuenta páginas, un lomo y un contenido escrito (es su definición más general). Este elemento es causa de muchos estados y hábitos, de muchos debates y trabajos, de cambios increíbles en la historia de la humanidad, es parte de nuestra cultura y de nuestras creaciones. Cumple con un propósito loable, que es el de conservar la memoria de generaciones pasadas y transmitirla a las generaciones futuras. Pero también, es un objeto de deseo e incluso de temor para algunas personas, de ahí algunos trastornos como la bibliofilia y la bibliofobia. 

Resulta ser que el libro es un objeto que ha marcado una diferencia en las etapas históricas del hombre, ha sido destruido por temor o con el afán de tener poder sobre los demás, ha sido alabado y exaltado como un objeto único para clases altas y privilegiadas. ES y aún en el S. XXI un objeto que resulta importante no sólo por su contenido, sino por su manufactura y la industria que lo rodea. 

Es un recurso que adquiere un valor y dicho valor es importante para los amantes de libros. Sin embargo, ¿cómo tiene el libro relación con la bibliografía? ¿cuál es la relación? Aparte de que la bibliografía empezó siendo un registro y descripción de estos objetos, tenemos que recordar que la catalogación tiene el mismo fin, ¿cuál es la diferencia?. 

La diferencia yace en el análisis que se realiza para la bibliografía, ya que no sólo analiza al ítem, también analiza el entorno, las características especiales, el contexto, su uso, su ubicación, etc. Es un registro de su historia, de lo que este ítem vivió y el valor que fue adquiriendo a lo largo del tiempo. Aparte, la bibliografía es consultada y utilizada como referencia para el usuario/lector, mientras que el cátalogo, es un registro del ítem dentro de un recinto bibliotecario y/o repositorio, que describe el título, datos de publicación, ubicación dentro del recinto y autores que colaboraron en su creación. La profundidad de análisis entre la catalogación y la bibliografía se complementan, más al analizar los usos y fines, se encuentra una gran diferencia entre ellas.

Ahora, este análisis del que se habló, provee al libro un valor que incluso llega a superar la idea que se busca transmitir. A la persona que lo posee, se le otorga status e importancia, debido al valor que posee el libro. Cualquier característica especial que tenga una publicación, le permite al libro, ser único. Por lo que es difícil de conseguir y se vuelve un material que nadie más podrá poseer y conocer. Por esto, muchos bibliógrafos han llegado a cometer delitos por querer obtener o poseer un libro u obra en específico. 

Es importante recalcar que el libro es relevante para la situación social que tiene el personaje, en sí, todo esto tiene una relación dominante en cuanto a la posesión de un objeto y el excesivo deseo por querer tener algo que nadie más posee, por lo que contiene actitudes egoístas y obsesivas. Así que, una edición diferente, un comentario y una firma vuelven a una publicación, un objeto único y por lo tanto un objeto valioso.

A veces estos valores son difíciles de definir, ya que no se tiene un conocimiento preciso para poder definirlos, e incluso se necesita de un bagaje de conocimientos más profundos para verificar si es auténtico o no. Entonces, se necesita de un estudio a profundidad para estar seguros del valor de dicho objeto y no desperdiciar una inversión que puede ser bastante cara para nuestro bienestar económico. 

Para concluir la participación de este elemento, cabe destacar que el valor agregado del libro se puede apreciar desde el punto de vista material, por lo que el valor de las ideas y el mensaje, no está totalmente apreciado. En este punto, entran los elementos de autor y lector.

La función del autor ha evolucionado a lo largo de los años. En la antigüedad, el autor no era tan relevante, sólo el título del libro, además hay que recordar que la cultura oral era más fuerte que la escrita. 

Sin embargo, Chartier comienza a relatarnos las funciones del autor. 

“La primera, que muy a menudo ha sido la única en retener la atención de los comentadores, relaciona la función-autor con ese momento en que "se ha instaurado un régimen de propiedad para los textos, cuando se han sancionado estrictas leyes sobre los derechos de autor, las relaciones autores-editores, los derechos de reproducción, etc. —es decir, a fines del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX—". 

Esta fuerte relación que articula la individualidad del autor y la inscripción de la actividad de la escritura y de edición en el régimen de la apropiación privada no es, sin embargo, fundadora de la función-autor. Esta es más antigua y hunde sus raíces en otras determinaciones: 

"Hay que señalar que esta propiedad ha sido históricamente segunda respecto de lo que se podría llamar la apropiación penal. Los textos, los libros, los discursos han comenzado a tener realmente autores distintos respecto de los personajes míticos o de las grandes figuras sacralizadas y sacralizantes, en la medida en que el autor podía ser castigado, es decir en la medida en que los discursos podían ser transgresores".

Mientras que, Foucault no propone ninguna datación para esta "apropiación penal" que vincula la función-autor, ya no a las convenciones jurídicas que regulan las relaciones entre los individuos privados, "sino al ejercicio del poder por parte de una autoridad que tiene el derecho de censurar, de juzgar y de castigar.” (Chartier,  1994. P. 1)

Con todo lo anterior,  se observa que la figura de autor y lector han estado en cambio constante, quizá por el soporte, la cultura o la época en la que se rodea. Sin embargo, estos cambios funcionan acorde al entorno, impactando en la estructura social e incluso de consumo. 

Un ejemplo sería la Revolución Industrial que cambió la búsqueda de información, ya que la información estaba enfocada en dar capacitación para el uso de máquinas y de la tecnología que estaba en esa época. En cambio, en el Renacimiento, se encaminaba más hacia las estructuras ideológicas y humanistas, a comparación de la era actual en dónde el consumo de información radica en los best-sellers, en la información inmediata y a la mano, pero también importante y  válida. Por lo que, en la actualidad, debido a este consumo de información, es necesario el tener en claro los derechos y la importancia que tiene el autor al crear y publicar sus ideas y conocimientos. Esto se establece en base al mismo sistema de consumo de información establecido por dichas industrias encargadas del manejo y circulación. Debido a que estas obras, requieren de mucho trabajo e intervenciones, aumentan su precio y por lo tanto, algunas obras se vuelven imposibles de adquirir, pues rebasa nuestros ingresos económicos. Y no necesariamente, la mayoría de las ganancias van a los autores, de hecho, éstas llegan directamente a las imprentas y/o empresas editoriales, lo que resulta terrible para el creador original.

Sin embargo, hay algunos proyectos que permiten que esta información circule libre, crezca y aún reconozca al autor en su creación, sin tener que recibir a cambio una mercancía. Un ejemplo de estos proyectos es el movimiento de Acceso Abierto (Open Access), que permite la circulación de información científica (que en algunas áreas de conocimiento tiene una constante actualización) y puede lograr que esta información crezca y llegue de forma gratuita y accesible. La creación de licencias como Science Commons y Creative Commons son otros proyectos que ayudan a la circulación de la información y al enriquecimiento de ésta. 

La bibliografía es una disciplina, la cual se aborda desde perspectivas bastante simples y repetitivas, por lo que, a la hora de unirla con el entorno dónde se desenvuelve (mundo de la información) resulta ser una de las disciplinas más importantes e interesantes del mundo de la información. 

Resulta ser una de las más cercanas a la disciplina bibliotecológica e incluso podemos considerar, que el bibliotecológo debe desarrollar muchas de las habilidades, actitudes e ideologías que la Bibliografía tiene como base.

Espero que esta entrada ayude al joven aprendiz a entender el porque de muchas cosas en la Bibliotecología y le aclare la perspectiva en cuánto a los recintos universales de información, formas de búsqueda y recuperación, además de entender la importancia de las licencias, derechos y formas de registro de estas obras intelectuales que contienen información que enriquece el conocimiento del individuo y el patrimonio intelectual de la humanidad.
Además de abrir un camino para los bibliotecólogos que buscan una formación dentro de esta disciplina, los cuales nos resultarían muy útiles a la hora del desarrollo de colecciones y en la vinculación de usuario-información.

Excelente día y gracias por leer a la Aprendiz de la Información. 

martes, 8 de julio de 2014

Explorando el mundo de la Bibliografía II: Instituto Internacional de Bibliografía, CBU, Otlet y La Fontaine


La última entrada hablo sobre los antecedentes y los origenes de la bibliografía, entre otras cosas. En esta ocasión, se enfocará en el desarollo de la bibliografía hasta nuestros tiempos, de dos importantes personajes para el mundo del manejo de información y sus profesionales (desde científicos de la información, hasta bibliotecólogos) e incluso de los ideales que persigue la bibliografía, como es el Control Bibliográfico Universal (CBU).

En 1985, Otlet y sus colegas crearon una organización internacional en Bélgica, ésta institución estaba subsidiada y era responsabilidad del gobierno belga asumiendo en esencia ser el centro de administración del Instituto. El objetivo de esta institución era el de apoyar los nuevos sistemas que explotaban las potencias inherentes en la tecnología de información de la época y en un período de cuarenta años, hubo un interesante juego reciproco entre el sistema actual de desarrollo y la gradual elaboración de trabajo teórico en el que los sistemas fueron creados, alcanzando su máxima expresión en el Tratado de Documentación de Otlet. Este trabajo envuelve varias formas nuevas de ver y hablar sobre el conocimiento, los libros y las bibliotecas, además de la infraestructura social en la cual forman parte. (Boyd, 1997. P. 289).

En la actualidad este Instituto es conocido como La Federación Internacional de la Información y de la Documentación. De hecho, ha tenido un gran cambio de nombres, pasando por el Instituto Internacional de la Documentación en 1931, luego en la Federación Internacional de la Documentación en 1937 hasta el año 1988 en el que se convirtió en la Federación Internacional de la Información y de la Documentación. 

Antes de que existiera el IIB, Otlet y la Fontaine en 1893 transforman la sección bibliográfica de la Sociedad de Estudios Sociales y Políticas, en el Instituto Internacional de Bibliografía Sociológica. Al año obtienen una copia del Sistema de Clasificación Dewey y piden permiso para trasladar la clasificación y utilizarla con fines bibliográficos. En 1985, Paul Otlet y Henri La Fontaine logran la primera invención en clasificaciones bibliográficas basada en el sistema de Dewey.

Si bien, Dewey se basaba en la organización sistemática por temas numerados correlativamente, Paul Otlet aportó innovaciones, entre ellas, el empleo de una notación relativa decimal, símbolos para la combinación de las diversas numeraciones y capacidades relacionales de las temáticas clasificatorias, principalmente. Estas mejoras e innovaciones se tradujeron en la publicación de la Clasificación Decimal Universal, conocida como la CDU. Dicha Clasificación permitía la subdivisión de las materias y áreas de conocimiento de manera ilimitada respondiendo al principio de orden del conocimiento. Con este trabajo se tuvo que re denominar al Instituto Internacional de Bibliografía Sociológica al Instituto Internacional de Bibliografía. Lo que significó el germen de desarrollo de una nueva disciplina científica, que posteriormente se redefiniría como Documentación y la toma de conciencia de un trabajo a gran escala, el proyecto RBU o Repertorio Bibliográfico Universal.

Ahora, según Otlet, no se podía permitir tratar a documentos y publicaciones científicas sin un procedimiento, pues corrían el riesgo de duplicar trabajos, especialmente en las Ciencias Sociales y en las Humanidades. Con ello, propone varias vías de solución entre ellas el de estableces una clasificación científica de las fuentes y elaborar un catálogo de fuentes que incluyera una indización y un resumen de cada una. 

Bajo estas directrices, inician un importante trabajo, Otlet y La Fontaine comienzan a realizar una bibliografía de las ciencias que recopila, organiza y clasifica las fuentes científicas, incluyendo publicaciones primarias. Con esto surgió un método bibliográfico para la investigación científica, una importante aportación de Otlet y la Fontaine para la disciplina de la bibliografía. Esto es debido a la gran diferencia de las bibliografías tradicionales que pretendían servir como mero elemento de control, descripción y recuperación, es decir, Otlet y Fontaine comienzan una tarea que luego se conocerá como repertorio o bibliografía científica.

Cabe mencionar que en el Tratado de Documentación de Paul Otlet, viene un pequeño tratado de Síntesis Bibliográfica, incluyendo un apartado con las temáticas y demás. Por lo que podemos cerrar mencionando que estos dos personajes fueron fundamentales para abordar de diferente manera a la bibliografía. Enriqueciéndola para que estas publicaciones científicas puedan ser fácilmente recuperables y que no se queden en el olvido.
Una vez explicado los orígenes e importancia de esta institución, se continuará con los personajes Paul Otlet y Henri La Fontaine que resultaron personas importantes para la bibliografía y su desarrollo.

En los avances de la bibliografía surgieron dos personajes importantes que revolucionaron y propusieron una nueva visión que trabajar en el futuro del mundo de la información. Estos personajes son Paul Otlet, nacido en Bruselas en 1868, con una formación y estudios superiores en la Universidad de Lovaina en donde estudió Derecho, Sociología y Economía Política, cabe mencionar que en dicha Universidad tuvo una importante reputación como bibliógrafo de prestigio. Ha tenido muchos logros a lo largo de su vida que incluyen áreas del conocimiento en las Ciencias Sociales. Falleció en 1944, reconocido por su dedicación a la humanidad y la cultura, fundó y organizó asociaciones e instituciones para promover la expansión del conocimiento intelectual y para situarlo en la política de un nuevo mundo. “Bibliógrafo utópico e internacionalista, imaginó y describió el uso de máquinas todavía sin inventar.” (Arnau, 1994. p. 156) 

Otro personaje es Henri La Fontaine, el cual colaboró junto con Otlet en la creación del CDU, que son las siglas de la Clasificación Decimal Universal; en la constitución del Instituto Internacional de Bibliografía de Sociología en 1893, institución en donde Otlet plasmó sus ideas inspiradas por Edmond Picard y Ferdinand Larcier. En el siglo XIX eran ideas revolucionarias y formaban parte de valores y parámetros que la disciplina de la Documentación tiene como base teórica. Sus trabajos y actividades se verían reflejados en todo el mundo y hasta nuestras fechas.

En cuanto a Henri La Fontaine, el nació en Bruselas en 1854, estudió leyes en la Universidad Libre de Bruselas, pronto alcanzó una buena reputación como autoridad en derecho internacional. Además de tener un galardón con el Premio Nobel de la Paz por fomentar buenas relaciones entre Alemania y Francia. Fue autor de un gran número de manuales legales y fundador de la revista La Vida Internacional. Falleció en 1943, reconocido como bibliógrafo, documentalista, internacionalista, escritor, político, organizador y en cualquier circunstancia, dispuesto a actuar de consejero y mediador en los programas particionales con Otlet. (Arnau, 1995. p. 157)


Por último, Otlet comenzó un ambicioso proyecto que se conoce como Control Bibliográfico Universal (CBU) o Repertorio Bibliográfico Universal (RBU), el cual se describe así: “El RBU comprenderá el inventario clasificado por materias y autores de los libros y publicaciones aparecidas en todos los países, en todas las épocas y sobre todos los temas.” (Citado por Arnau, 1994. p. 159) 

Otlet lo tenía dividido en diferentes repertorios parciales y el CBU empezó como una red, la cual se presentó como un sistema para tener la información disponible en favor de la sociedad. 

En el presente, gracias a la combinación de HTTP y HTML, por el gran personaje Tim Berners-Lee, se creó una herramienta que está presente en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana y del desarrollo del S. XXI, que es la World Wide Web (WWW) o mejor conocida como la web.

"Con un navegador web, un usuario visualiza sitios web compuestos de páginas web que pueden contener textoimágenesvídeos u otros contenidos multimedia, y navega a través de esas páginas usando hiperenlaces." (Wikipedia, 2014)

Este pequeño invento, resulta ser similar a lo que tenía Otlet con el CBU y el ideal de Biblioteca Universal que muchos bibliográfos han tratado de crear. Un recinto en donde se pueda almacenar, consultar y publicar información que esta al alcance de todos. El único problema con esta herramienta es la falta de filtros, normas y registro de la información que se publica. Aunque es fácil recuperar la información gracias a buscadores y metabuscadores como Google, Zotero, etc. La información puede estar desactualizada, sin un respaldo de autoridad, en fin, no contiene estandares de calidad, ya que cualquiera puede publicar y poner información en la web. Además, el usuario, ha sido educado para tener uso de esta herramienta pero no para la selección, recuperación y forma de almacenamiento que le puede ayudar a tener mayor control sobre la información que necesita, lo que reduciría considerablemente, el tiempo que pasa en la computadora, perdido en el océano digital. 

Esta web llena de relaciones, hiperenlaces e información, resulta ser una excelente herramienta para nosotros, para poder poner a disposición del usuario, los registros de sistemas y redes bibliotecarias. No solamente de una biblioteca, sino de un país entero, o de una área determinada de conocimiento. Puede ser la herramienta ideal para tener ese Universo de información a disposición de todos. Bueno, como Otlet, se vale soñar ¿no creen?

En resumen, la bibliografía refleja ser más que un elemento importante de cualquier todo trabajo académico o de investigación, esa es sólo una de sus funciones. La razón principal, lo que vuelve tan importante la bibliografía es la red de información y el fundamento teórico que sustenta tus propias ideas y proyectos. Esa esencia pérdida y que muchos estudiantes juzgan de irrelevante para sus trabajos (e incluso algunos investigadores, personas de renombre y de interés). Ésta es una de las razones por las que nosotros como estudiantes e incluso como académicos y profesionales, tenemos que tener cuidado a la hora de escribir la bibliografía. Además, como bibliotecólogos, podemos encontrar útil todas las fuentes consultadas de una obra para poder desarrollar colecciones útiles y excelentes para el usuario. Y utilizar la web, para poder ampliar nuestra red de información y guiar al usuario a través de ella, lo que resulta importante y extremadamente útil para la búsqueda y recuperación de información en este S. XXI.


¿Qué opinan sobre la WEB y la relación que tiene con el registro y el acceso a la información? ¿El registro electrónico es mejor que el registro físico? ¿Cuáles serían las ventajas y desventajas de tener toda la información y sus relaciones en un espacio intangible? ¿Realmente es posible tener toda la información en un solo recinto? 

Tantas dudas sobre el espacio de la información, su registro y manejo. Dudas que pueden llevarnos a ser visionarios y ser responsables de cambios increíbles en el futuro o que pueden opacarnos y llevarnos a una parálisis en cuánto a nuestro desarrollo. Ojalá y esta entrada les ayude a reflexionar e ir más allá de lo que se presenta, siempre es bueno saber el origen de las cosas, entender sus relaciones con el mundo que nos rodea y ver su desarrollo. Sobre todo, en el mundo de la información.

Espero que encuentren útil esta entrada, fue un verdadero placer aprender sobre el presente y el pasado de la bibliografía, en lo personal, aprender y entender sobre estos elementos es relevante para nuestra formación, tanto profesional como académica. Son pequeños detalles, fácilmente pasados por alto y sin embargo, son realmente importantes. 

En la siguiente entrada, se hablará del libro como objeto de deseo, el autor y el lector y también, hablaremos sobre movimientos importantes en la información científica, como lo es el Acceso Abierto. 

Gracias por leer a esta Aprendiz de la Información. Hasta el viernes.

Bibliografia consultada

Arnau, P. (1995). Trascendencia de la vida y obra de Paul Otlet. En: Revista General de Información y Documentación. Vol. 5. Madrid: Universidad Complutense de  Madrid.
 
Rayward, W. B. (1997). “The Origins of Information Science and the International Institute of Bibliography/International Federation for Information and Documentation (FID)”. En: Journal of the American Society for Information Science, 48 (4), pp. 289-300.