En la entrada anterior, se habló sobre personajes e institutos relevantes para la Bibliografía, sobre herramientas y principios que se desarrollaron y evolucionaron con el tiempo hasta volverse, de forma invisible para la gran mayoría, un fundamento importante que permiten el desarrollo de la Bibliografía de una manera muy diferente a como antes se desarrollaba (el principio es el mismo, pero las herramientas y las formas de representación resultan distintas)
En esta ocasión, la entrada habla sobre los elementos y personajes que necesitan y contribuyeron al desarrollo de esta disciplina, como son: El libro, el autor y el lector. Además, es necesario hablar sobre este movimiento de Acceso Abierto, el cual es relevante para la bibliografía, ya que se necesita de un excelente sistema para poder mantener un control sobre todas las publicaciones que se piensan poner bajo las condiciones de este movimiento, además de entender la recuperación y búsqueda de la información científica, el acceso a ella. En fin, este movimiento que se está poniendo en marcha alrededor del mundo, redefine el acceso, la publicación, la búsqueda y recuperación de la información, gracias a los principios en los que está fundamentado. Lo que también modifica la forma y las herramientas que hasta ahora se han utilizado, logrando con esto una increíble cadena de cambios dentro de las profesiones de la información, e incluso fuera de ellas.
Para comenzar, el primer elemento del cual se hablará es el libro, este pequeño objeto que se define como tal mientras tenga más de cincuenta páginas, un lomo y un contenido escrito (es su definición más general). Este elemento es causa de muchos estados y hábitos, de muchos debates y trabajos, de cambios increíbles en la historia de la humanidad, es parte de nuestra cultura y de nuestras creaciones. Cumple con un propósito loable, que es el de conservar la memoria de generaciones pasadas y transmitirla a las generaciones futuras. Pero también, es un objeto de deseo e incluso de temor para algunas personas, de ahí algunos trastornos como la bibliofilia y la bibliofobia.
Resulta ser que el libro es un objeto que ha marcado una diferencia en las etapas históricas del hombre, ha sido destruido por temor o con el afán de tener poder sobre los demás, ha sido alabado y exaltado como un objeto único para clases altas y privilegiadas. ES y aún en el S. XXI un objeto que resulta importante no sólo por su contenido, sino por su manufactura y la industria que lo rodea.
Es un recurso que adquiere un valor y dicho valor es
importante para los amantes de libros. Sin embargo, ¿cómo tiene el libro relación con la bibliografía? ¿cuál es la relación? Aparte de que la bibliografía empezó siendo un registro y descripción de estos objetos, tenemos que recordar que la catalogación tiene el mismo fin, ¿cuál es la diferencia?.
La diferencia yace en el análisis que se realiza para la bibliografía, ya que no sólo analiza al ítem, también analiza el entorno, las características especiales, el contexto, su uso, su ubicación, etc. Es un registro de su historia, de lo que este ítem vivió y el valor que fue adquiriendo a lo largo del tiempo. Aparte, la bibliografía es consultada y utilizada como referencia para el usuario/lector, mientras que el cátalogo, es un registro del ítem dentro de un recinto bibliotecario y/o repositorio, que describe el título, datos de publicación, ubicación dentro del recinto y autores que colaboraron en su creación. La profundidad de análisis entre la catalogación y la bibliografía se complementan, más al analizar los usos y fines, se encuentra una gran diferencia entre ellas.
Ahora, este análisis del que se habló, provee al libro un valor que incluso llega a superar la idea que se busca
transmitir. A la persona que lo posee, se le otorga status e importancia, debido al valor que posee el libro. Cualquier característica especial que tenga una publicación, le permite al libro, ser único. Por lo que
es difícil de conseguir y se vuelve un material que nadie más podrá poseer y
conocer. Por esto, muchos bibliógrafos han llegado a cometer delitos por querer obtener o
poseer un libro u obra en específico.
Es
importante recalcar que el libro es relevante para la situación social que tiene
el personaje, en sí, todo esto tiene una relación dominante en cuanto a la
posesión de un objeto y el excesivo deseo por querer tener algo que nadie más
posee, por lo que contiene actitudes egoístas y obsesivas. Así que, una edición diferente,
un comentario y una firma vuelven a una publicación, un objeto único y por lo
tanto un objeto valioso.
A
veces estos valores son difíciles de definir, ya que no se tiene un conocimiento preciso para poder definirlos, e incluso se necesita de un bagaje de conocimientos más profundos para verificar si es auténtico o no. Entonces, se necesita de un
estudio a profundidad para estar seguros del valor de dicho objeto y no
desperdiciar una inversión que puede ser bastante cara para nuestro bienestar
económico.
Para
concluir la participación de este elemento, cabe destacar que el valor agregado del libro se puede apreciar desde el punto de vista material, por lo que el valor de las ideas y el mensaje, no está
totalmente apreciado. En este punto, entran los elementos de autor y lector.
La
función del autor ha evolucionado a lo largo de los años. En la antigüedad, el
autor no era tan relevante, sólo el título del libro, además hay que recordar que la
cultura oral era más fuerte que la escrita.
Sin embargo, Chartier comienza a
relatarnos las funciones del autor.
“La primera, que muy a menudo ha sido la única en retener la atención de los comentadores, relaciona la función-autor con ese momento en que "se ha instaurado un régimen de propiedad para los textos, cuando se han sancionado estrictas leyes sobre los derechos de autor, las relaciones autores-editores, los derechos de reproducción, etc. —es decir, a fines del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX—".
Esta fuerte relación que articula la individualidad del
autor y la inscripción de la actividad de la escritura y de edición en el
régimen de la apropiación privada no es, sin embargo, fundadora de la
función-autor. Esta es más antigua y hunde sus raíces en otras determinaciones:
"Hay que señalar que esta propiedad ha sido históricamente segunda respecto de lo que se podría llamar la apropiación penal. Los textos, los libros, los discursos han comenzado a tener realmente autores distintos respecto de los personajes míticos o de las grandes figuras sacralizadas y sacralizantes, en la medida en que el autor podía ser castigado, es decir en la medida en que los discursos podían ser transgresores".
Mientras que, Foucault no propone
ninguna datación para esta "apropiación penal" que vincula la
función-autor, ya no a las convenciones jurídicas que regulan las relaciones
entre los individuos privados, "sino al ejercicio del poder por parte de una
autoridad que tiene el derecho de censurar, de juzgar y de castigar.”
(Chartier, 1994. P. 1)
Con todo lo anterior, se observa que la figura de autor y lector han estado en cambio constante, quizá por el
soporte, la cultura o la época en la que se rodea. Sin embargo, estos cambios
funcionan acorde al entorno, impactando en la estructura social e incluso de
consumo.
Un ejemplo sería la Revolución Industrial que cambió la búsqueda de
información, ya que la información estaba enfocada en dar capacitación para el uso de máquinas y de la tecnología que
estaba en esa época. En cambio, en el Renacimiento, se encaminaba más hacia las
estructuras ideológicas y humanistas, a comparación de la era actual en dónde
el consumo de información radica en los best-sellers, en la información
inmediata y a la mano, pero también importante y válida. Por lo que, en la actualidad, debido a este consumo de información, es necesario el tener en claro los
derechos y la importancia que tiene el autor al crear y publicar sus ideas y conocimientos. Esto se
establece en base al mismo sistema de consumo de información establecido por
dichas industrias encargadas del manejo y circulación. Debido a que estas obras, requieren de mucho trabajo e intervenciones, aumentan su precio y por lo tanto, algunas obras se vuelven imposibles de adquirir, pues rebasa nuestros ingresos económicos. Y no necesariamente, la mayoría de las ganancias van a los autores, de hecho, éstas llegan directamente a las imprentas y/o empresas editoriales, lo que resulta terrible para el creador original.
Sin
embargo, hay algunos proyectos que permiten que esta información circule libre,
crezca y aún reconozca al autor en su creación, sin tener que recibir a cambio
una mercancía. Un
ejemplo de estos proyectos es el movimiento de Acceso Abierto (Open Access), que permite la
circulación de información científica (que en algunas áreas de conocimiento
tiene una constante actualización) y puede lograr que esta información crezca y
llegue de forma gratuita y accesible. La creación de licencias como Science Commons y Creative Commons son otros proyectos que ayudan a la circulación de la información y al enriquecimiento de ésta.
La bibliografía es una disciplina, la cual se aborda desde perspectivas bastante simples y repetitivas, por lo que, a la hora de unirla con el entorno dónde se desenvuelve (mundo de la información) resulta ser una de las disciplinas más importantes e interesantes del mundo de la información.
Resulta ser una de las más cercanas a la disciplina bibliotecológica e incluso podemos considerar, que el bibliotecológo debe desarrollar muchas de las habilidades, actitudes e ideologías que la Bibliografía tiene como base.
Espero que esta entrada ayude al joven aprendiz a entender el porque de muchas cosas en la Bibliotecología y le aclare la perspectiva en cuánto a los recintos universales de información, formas de búsqueda y recuperación, además de entender la importancia de las licencias, derechos y formas de registro de estas obras intelectuales que contienen información que enriquece el conocimiento del individuo y el patrimonio intelectual de la humanidad.
Además de abrir un camino para los bibliotecólogos que buscan una formación dentro de esta disciplina, los cuales nos resultarían muy útiles a la hora del desarrollo de colecciones y en la vinculación de usuario-información.
Excelente día y gracias por leer a la Aprendiz de la Información.
La bibliografía es una disciplina, la cual se aborda desde perspectivas bastante simples y repetitivas, por lo que, a la hora de unirla con el entorno dónde se desenvuelve (mundo de la información) resulta ser una de las disciplinas más importantes e interesantes del mundo de la información.
Resulta ser una de las más cercanas a la disciplina bibliotecológica e incluso podemos considerar, que el bibliotecológo debe desarrollar muchas de las habilidades, actitudes e ideologías que la Bibliografía tiene como base.
Espero que esta entrada ayude al joven aprendiz a entender el porque de muchas cosas en la Bibliotecología y le aclare la perspectiva en cuánto a los recintos universales de información, formas de búsqueda y recuperación, además de entender la importancia de las licencias, derechos y formas de registro de estas obras intelectuales que contienen información que enriquece el conocimiento del individuo y el patrimonio intelectual de la humanidad.
Además de abrir un camino para los bibliotecólogos que buscan una formación dentro de esta disciplina, los cuales nos resultarían muy útiles a la hora del desarrollo de colecciones y en la vinculación de usuario-información.
Excelente día y gracias por leer a la Aprendiz de la Información.
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