Cuando se habla de bibliografía,
automáticamente nos llegan imágenes que se asocian a dicho término. Por
ejemplo, las fuentes consultadas en la realización de un trabajo académico, los
libros de referencias sobre determinada temática, incluso nos llega una enorme
colección que cumple con ciertos requisitos y que está reunida en un
lugar. Pero ¿Realmente es sólo un listado de referencias que está al final
de ? Esta herramienta que utilizamos para respaldar nuestras ideas y escritos,
es una herramienta muy compleja y espero que esta entrada pueda ayudar a entender al menos las bases y fundamentos de la bibliografía.
Los inicios de la bibliografía se
conocen desde las grandes bibliotecas de Alejandría, Grecia y Roma, los cuales
en sus bibliotecas tenían listas de los libros y documentos que contenían en
sus centros documentales. Estas listas estaban organizadas de cierta manera,
para poder tener mayor control sobre el material que se poseía y también el
tener una herramienta fácil a la hora de localizar o saber los elementos de un
material determinado. Por lo que la bibliografía era una lista compilada de
acuerdo a un conjunto de convenciones. Después en el S. XIX se utilizan métodos
clásicos para la crítica del texto, conformados por comentarios veraces y
cuidadosos. Además de una selección en cuanto a la editorial y otros elementos
que componen el objeto “libro”.
Aquí es dónde comienza a definirse la
bibliografía, que según Figueroa, es la disciplina que ofrece la
posibilidad de estudiar los fenómenos que ocurren dentro del universo
bibliográfico, al interactuar las entidades bibliográficas entre sí, de manera
analítica o crítica (lo que se conoce como bibliografía material), como también
de manera enumerativa o sistemática, orientada a la preparación de
bibliografías de diverso tipo. En esta definición se describen las labores
fundamentales de la bibliografía, las cuales son: descripción, registro,
análisis, entre otras.
En la actualidad se considera a la bibliografía como una
disciplina que estudia textos bajo formas de conocimiento registradas y sus procesos
de transmisión, incluyendo producción. Se extiende como una visión de conjunto
de las publicaciones en categorías, las cuales cada una contienen información con ciertas características y que
permiten con ello, reunirlas bajo un apartado, por ejemplo, obras de algún
autor, sobre un tema específico, editados en un país específico, etc. A
diferencia de un catálogo (es importante establecer esta diferencia), una
bibliografía trata de dar una perspectiva de un conjunto completo de la
literatura en la categoría dónde se establece dicha literatura. También se establece que la bibliografía puede seguir un orden establecido en
diferentes maneras, además de ofrecer descripciones en forma de resumen con el contenido de la fuente que se describe.
Entonces la bibliografía pasó de ser una mera lista
enumerativa de obras con características específicas a una lista de
descripciones que no sólo registra los elementos de la obra que se consulta,
sino que también ofrece una idea de su contenido, lo que lo convierte en algo
más complejo a la hora de registrarlo y ponerlo a disposición de una comunidad
que pueda utilizarlo. Esta forma de registro y de análisis es bastante compleja
y también resulta ser muy completa a la hora de buscar información.
A partir de este cambio, en el S. XX la bibliografía
comienza a comprender el libro como un objeto, a el texto se le considera fuera del tiempo y surgen una serie de estudios preliminares ante la crítica, se evalúa más el
pensamiento, el texto, la representación física, los métodos y las nuevas
versiones de escritos que contienen estudios sobre los mismos.
Entonces, la memoria de los mensajes e
ideas que se transmiten y el soporte es analizado por varios especialistas, lo
que le dio una característica interdisciplinar y un nuevo nivel analítico en el
que se aborda con una visión material, enumerativa y autónoma. Sin embargo, a
pesar del gran proceso analítico que conlleva el realizar estos trabajos, no
hay una normativa total para realizar una bibliografía. Y este aumento en esta
disciplina, éste crecimiento le brinda más importancia dentro del mundo de la
recuperación y consulta de la información. Por lo que resulta importante para
otras disciplinas el conocer al menos las bases de esta disciplina para poder
presentar sus fuentes y poder encontrarlas de forma más eficaz.
Ahora, ¿quién ejerce la bibliografía?
Es la persona a la cual llamamos bibliógrafo.
En la antigüedad, el bibliógrafo era un
erudito en la materia o área de conocimiento que se dedicaba, logrando un nivel
de conocimiento y dominio bastante alto, para poder lograr su labor. Por lo que
se menciona que se debe ser algo más que el de un bibliógrafo enumerativo que
produce y sabe utilizar diversas listas de consulta (Aboyade, 1971. p.1).
Como se mencionó al principio, la
bibliografía tiene aspectos que van más allá de la simple tarea de enumerar
publicaciones, sino que va desde la bibliografía analítica de la cual deriva la
bibliografía descriptiva y la bibliografía textual. Para poder identificar las
habilidades, es importante definir la diferencia entre y distinguir estas
corrientes. Por ejemplo, en una bibliografía descriptiva, el libro es quien se
describe de la forma más completa posible ayudando a los coleccionistas de
libros y a los bibliotecarios a identificar los libros que obran en su poder,
también permiten al crítico hacer una evaluación precisa del libro que examina.
De esta bibliografía descriptiva pasamos a la bibliografía textual que sirve de
nexo entre la bibliografía pura y la crítica de textos. Ahora, la bibliografía
pura se ocupa del libro como objeto material; en cambio la bibliografía textual
se ocupa del aspecto literario del libro.
Hay diferentes perspectivas en
cuanto al uso de bibliografías, según Aboyade, se tienden a considerar la
bibliografía primordialmente como una lista de consulta rápida, los estudiosos
se ocupan de la reconstrucción del texto.
Sin embargo, lo que se espera es algo
más que la conservación de libros como objetos de valor monetario considerable,
por lo que el bibliotecario ha de poseer suficientes conocimientos
bibliográficos para evaluar con un criterio propio lo que hay en las bibliografías,
de hecho Aboyade dice: “Sólo cuando el bibliotecario sepa cómo el investigador
crítico de textos se sirve de su colección de libros raros, no escatimará
esfuerzos en seguir publicaciones que pudieran parecerle triviales porque no
llamaron la atención de las revistas bibliográficas ni de las bibliografías
comerciales.” (Aboyade, 1971. p. 4) Por lo tanto es necesario que se tengan
suficientes conocimientos bibliográficos para poder estar seguro de que el
registro de materiales no se basa en datos erróneos, insuficientes, falsos o
engañosos. También debe ser capaz de prestar asesoramiento para la adquisición
y utilización de documentos primarios. A medida que el tiempo avanza se ha
podido ofrecer a los usuarios, servicios de búsqueda y recuperación de
información, cada vez más sofisticados y eficientes, centrados en el material
bibliográfico en su conjunto.
Y por último, me gustaría hablar sobre la Bibliografía Universal, también conocida como Biblioteca Universal.
Uno de los autores que habló sobre esta
visión, fue Borges, que describió a la Biblioteca Universal de esta manera:
“Cuando se proclamó que la Biblioteca abarcaba todos los libros, la primera
impresión fue de extravagante felicidad. Todos los hombres se sintieron señores
de un tesoro intacto y secreto. No había problema personal o mundial cuya
elocuente solución no existiera: en algún hexágono. El universo estaba
justificado, el universo bruscamente usurpó las dimensiones ilimitadas de la
esperanza.” (Borges, 1944. p. 3)
Thiem, por otro lado la conoce como la
Biblioteca Universal que se encuentra en línea, o esto se supone. Sin embargo,
se reconoce como un mito ya que es muy difícil reunir todo el material que se
encuentra en un solo lugar y mantener un registro de ello (veamos a Otlet y el
IIB) Se considera a la biblioteca universal como el máximo ideal que alcanzar
dentro del mundo de la información, pues es toda una gama de funciones de
registros y elementos que compone esta biblioteca gigante. La Biblioteca
Universal es abordada por varios autores, pero tiene antecedentes fuertes en la
Biblioteca de Alejandría que también intentó reunir toda la información en un
espacio donde pudiera ser consultada.
De cierta manera, el Internet es algo
cercano a este ideal de Biblioteca, el problema que tiene es que no lleva un
registro ni un control, y todavía falta mucha información para poder ser
considerada una súper biblioteca con información universal. Imaginemos una
enorme telaraña (WEB) y tú estás interesado en un punto al extremo de la misma
web, entonces vas siguiendo la línea y puedes llegar al inicio de esa línea de
información que se une con otra y luego otra y luego otra. En fin, las
posibilidades se vuelven infinitas a medida que esta red de información se va
tejiendo.
Como conclusión, es necesario recalcar
la importancia de la bibliografía, la cual nos ayuda a nosotros como
bibliotecarios en la parte de desarrollo de colecciones, al analizar los textos
y registrar las características para después crear compilaciones y colecciones
a disposición de comunidades de usuarios que requieren de temáticas o
campos específicos en la realización de sus trabajos o en búsqueda de
información para adquirir nuevos conocimientos. Por lo que es necesario
desarrollar más estudios bibliográficos para poder abarcar más áreas y
disciplinas, logrando con ello conocer más sobre esta enorme red que se va
desarrollando, no sólo en cuánto a ideas e información, sino también en cuánto
a soportes, logrando con ello, una estrategia para aproximarnos a ese ideal de
biblioteca universal que la bibliografía plantea desde hace mucho tiempo.
Espero que hayan disfrutado esta
entrada, gracias por leer a esta Aprendiz de la Información.
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